28 mayo 2014
Vista aérea
de
en
Caracas, Venezuela. |
Quienes
dicen que Chávez nos dividió, también deberían decirnos cuál fue el presidente
que nos unió. Pero no. Su discurso solo
se reduce a un falso lugar común, a un comodín argumental propio de las
personas que les aburre leer la historia de la lucha de clases. Lo mismo pasa
en Argentina o en Ecuador. En esos países hermanos los opositores también son
flojos para leer, y solo repiten: Eva Perón dividió el país, CFK dividió el
país, Correa dividió el país. ¿No será esta una burda pero efectiva
manipulación de la oligarquía latinoamericana para ganarse a los que no leen?
Repiten
que Chávez sembró el odio entre los venezolanos, cuando lo correcto sería decir
que Con Chávez el desprecio se transformó en odio. Si, porque la oligarquía
cada vez que teme perder sus privilegios exacerba el racismo y el endorracismo
entre los venezolanos para transformar el desprecio racial en odio racial, y
lograr dividir más aún a la clase trabajadora en los momentos cuando se agudiza
la lucha de clases.
Ahora
no solo se desprecia, sino que se odia a los descendientes de los esclavizados
y a todo aquel que defienda el proyecto de inclusión. Cuando los indios,
negros, afrodescendientes y mestizos están oprimidos por la oligarquía, solo se
les desprecia, pero cuando se organizan y conquistan sus derechos, se les odia.
Eso se llama desprecio y odio de clase. Vivimos en una sociedad dividida en
clases sociales y estratos económicos, donde naturalmente se desprecia y se
odia.
De
modo que el país ya estaba dividido. Solo que cuando Chávez comenzó a saldar la
deuda social, esa división ahora también se manifiesta en los que aman a Chávez
y en los que lo odian. Es decir, por un lado están los más maltratados y
resentidos con la sociedad de la IV República, que son los que aman a Chávez, y
por el otro lado están los racistas y resentidos con la sociedad de la V República, que son
los que lo odian.
No
fue precisamente Chávez quien dividió el país en sociedad civil y en
marginales, ni en gente decente y tierrúos, ni en urbanizaciones y barrios. No.
Más bien Chávez siempre trabajó para unirnos en todos los ámbitos de la vida
nacional, porque él bien sabía que una sociedad muy dividida es muy frágil
frente a la voracidad imperialista. La Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) es un claro
ejemplo de sus buenas intenciones. Pero la llamada gente decente desde un
principio ha manifestado un total repudio a la posibilidad de vivir cerca de
las venezolanas y venezolanos de piel oscura. Dicen que quieren que seamos
unidos como antes, pero no como vecinos. ¿Qué tal?
Para
muestra un botón. El 18 de marzo una mujer llena de odio escribió en su
twitter: «Trabajaste toda tu vida para vivir en una de las mejores zonas de tu
ciudad para que al lado te pongan una Misión Vivienda… ¿Es justo?».
Inmediatamente los chavistas le cayeron encima y la opositora se vio obligada a
eliminar su cuenta. Pues bien, aquí el racismo es evidente. Su concepto de
justicia se lo compró a la oligarquía, es decir, una justicia de clase, y por
supuesto racista.
Recuerdo
que un sacerdote que ofreció misa el domingo 10 de mayo de 2013 frente al
féretro de Chávez, imploró a su dios: «Líbranos señor de despreciar a la gente
que no tiene vivienda». Así mismo lo escuché. Me sorprendió. Este ruego los
podemos interpretar como un claro llamado a los opositores que cargan un
crucifijo en el pecho y rechazan la GMVV. Quizá alguno de los opositores que
incendiaron las instalaciones de la
GMVV en Chacao cargaba un crucifijo en el pecho. Para nada me
sorprendería. Ya hemos sido testigos de como la televisión de la oligarquía es
capaz de inyectar el ciego odio racial en las capas medias.
Chávez
siempre estuvo preocupado por unirnos en una Patria fuerte antiimperialista.
Cuando a raíz del sabotaje petrolero se estructuró la nueva PDVSA, dentro de
sus oficinas se fue ampliando poco a poco el espectro de tonos de la piel de
los trabajadores. En la vieja PDVSA era raro encontrar un negro o un moreno en
las oficinas, sobre todo en las oficinas de Caracas. Ahora en las oficinas se
pueden ver muchos más profesionales de piel oscura que antes. En el documental
Venezuela Petroleum Company, el experto petrolero y profesor de la UCV, Mazhar Al-Shereidah, nos
recuerda cómo era la Pdvsa
que saboteó la producción:
«PDVSA
era blanca, catira, color marfil, y con muchos agentes étnicamente hablando, no
criollos. De manera que, cuando uno se iba a las concesionarias, pero luego
también a PDVSA a solicitar trabajo, tu fisionomía, tu color, tu forma de
hablar, tu forma de vestir, de dónde provienes, tenía una gran incidencia. No
estoy hablando del personal obrero, técnico bajo, no, no, hablo de aquellos que
pudieran ascender y pasar del grado 22 para arriba, como para llegar a ser
gerentes, etc.».
En
La Electricidad
de Caracas también era notable la discriminación. Pero eso también ha venido cambiando.
Hace un mes, la última vez que visité sus oficinas en Caracas, me complació ver
más profesionales, secretarias y recepcionistas de piel morena, con ascendencia
negra e india, en comparación cuando se encontraba en manos privadas. Creo que
esta política de inclusión laboral es una muy acertada decisión del Comandante
Chávez que nos ayuda a unirnos poco a poco, aunque esta unión incomode a los
racistas y endorracistas opositores durante algunos años más. No hay otra.
Publicado
en Aporrea.org el 20/03/14
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