06 agosto 2013
Ernesto,
cuenta con mi voto camarada, pero vamos a ponerle nombres a la miseria y a
mostrar la cruda realidad que estamos viviendo. Ayer le respondiste a Clodovaldo
Hernández en Ciudad CCS que muchos opositores a pesar de que sus alcaldes y
gobernadores tienen una mala gestión, siguen votando por cualquier cosa antes
que por un chavista.[1] Digamos
«cualquier cosa» como Ledezma, por ejemplo, responsable de la masacre del Retén
de Catia en 1992. [2] Una matanza de venezolanos de piel oscura.
Ni
Ledezma ni cualquier otro sirviente de la oligarquía y el imperialismo son
cualquier cosa, y Ernesto lo sabe muy bien. Ledezma es un personaje siniestro
publicitado por el poder mediático, es decir, por los amos de las capas medias.
Amos en quienes confían y admiran, y eso ya es garantía suficiente de que van a
votar por alguien que va a desviar los recursos para frenar el avance chavista,
y por tanto, frenar el poder popular porque el poder popular en Venezuela es de
piel oscura. De tal manera que para la gran mayoría de los opositores la
calidad de la gestión de gobierno está en un segundo plano.
Mientras
no bajen los niveles de miedo, desprecio y odio racial seguirán votando en
contra de sus intereses reales, —o en contra de sí mismos, como dice Ernesto en
la entrevista—, y a favor de sus intereses creados, como por ejemplo, el
estatus racial con sus privilegios consumistas. Si no entendemos eso, estamos
jodidos.
Nosotros
venimos perdiendo votos desde que la oligarquía mediática temerosa de perder
privilegios arremetió contra la revolución con una campaña asquerosamente
racista, y le transmitió su mismo miedo a los sectores medios. Luego se fueron
sumando los endorracistas de los estratos medios y bajos en la medida que
fueron percibiendo mayor desprecio por parte de sus jefes blancos, o en el caso
de los buhoneros y otros trabajadores de libre ejercicio, desprecio por parte
de sus clientes de piel blanca.
De
modo que el mal ya está hecho, y necesitamos calmar las aguas del racismo que
se encuentran hoy en niveles repugnantes. A lo mejor me equivoco, ojalá, no
tengo datos científicos, pero así lo percibo. Para muestra un botón: El
camarada Jorge Rodríguez con el apoyo de Pdvsa La Estancia restauraron el
Boulevard de Sabana Grande con un mobiliario urbano importado de España, al
gusto de las personas de las capas medias blancas. Después que reubicaron a los
buhoneros y embellecieron los espacios, la mayoría de los comerciantes ahora
vende más y con mejor ambiente, pero sin embargo siguen votando en contra de la
revolución. Hasta las vendedoras —obreras comerciales— se suman en defensa de
sus patronos. Es más, en el boulevard es raro ver a personas de los sectores
medios sentadas en los bancos al lado de los pobres de piel oscura —ahora que
cuentan con más dinero para bajar de los cerros—, a pesar de que los
trabajadores del aseo limpian los asientos con jabón casi todos los días.
Ellos
sienten el avance de los descendientes más directos de esclavos que ahora
tienen más poder adquisitivo. Sienten que se les vienen encima. Ocupan los
espacios que otrora les pertenecían. Ven más motorizados al lado de las
ventanas de sus carros. Ven más edificios residenciales con personas de piel
oscura asomadas por las ventanas de los apartamentos, cuando ellos más bien
están acostumbrados a ver a los Negros y Mestizos construir con sus manos los
edificios, devolverse a sus cerros, y luego ellos entrar a habitar los nuevos
apartamentos.
Ernesto,
ellos suplican a su dios mantener el apartheid venezolano. Mantener playas con
una gran mayoría de piel oscura y playas con una gran mayoría de piel blanca, y
la derecha es garantía de esto. Cuando ellos estudiaron en sus aulas de clase
si acaso tenían un solo compañero estudiante Negro o Negra.
Unos
manifiestan su racismo sin tapujos, pero otros les cuesta reconocerlo. Les da
vergüenza. Lo ocultan tras las banderas de la corrupción y la inseguridad. Pero
no cualquier corrupción e inseguridad, sino la que corresponde al chavismo, no
la de la derecha. Se molestan sobretodo por los actos de corrupción en que
incurren los que vienen de abajo, de piel oscura, pero ni se ocupan de estudiar
de dónde salió la fortuna de los Mendoza, Zuloaga, Cisneros o Vollmer. Al
contrario, los adoran.
Ellos
no distinguen a su enemigo principal. No ven a la oligarquía ni al imperialismo
corporatocrático como sus enemigos. Más bien los ven como garantía de mantener
el orden social y racial. Orden donde ellos creen que son el estrato medio,
cuando en realidad están a patica ‘e mingo de los trabajadores manuales, y a
kilómetros de la oligarquía. Sin embargo, los consideran sus aliados políticos.
Su ideología es más neoliberal que socialista, porque es la ideología de la
exclusión.
Camarada
Ernesto, así como nuestro enemigo enseña y alimenta el racismo todos los días a
través de las telenovelas y películas, nosotros estamos obligados a combatir la
ideología del racismo todos los días, a la par que transformamos las relaciones
de producción que soportan esa ideología. ¿Si a los 8 o 9 años de edad las
niñas y niños aprenden a ser racistas solo viendo la televisión, cuántos
racistas se formaron durante estos 14 años de revolución? Las cifras tienen que
preocuparnos.
La
ignorancia alimenta el egoísmo. Todavía hay opositores que dicen que los
esclavos y sus descendientes son flojos y los europeos y sus descendientes
levantaron este país. La mayoría sabe que es al revés, pero se hacen los locos
para justificar sus privilegios. Los más ignorantes son los más renuentes a
votar por la gestión de gobierno. Porque la ignorancia alimenta el voto
emocional, egoísta y racista, al punto de votar contra si mismos. Tenemos que
enseñarles que el racismo es hijo de la esclavitud, de la opresión, del
maltrato, y no al revés como explicaban los asesinos españoles que nos
invadieron.
Con
todo y eso, vamos a ganar Ernesto, porque conocemos tu capacidad de
comunicación de la realidad.
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[2]
La matanza en la prisión de Catia supera a la del golpe. Diario El País, 1 de
diciembre 1992.
Publicado
en Aporrea.org el 06/08/13