Nestor Francia nos pregunta: ¿Será que el pueblo sigue solo y nosotros mirándonos el ombligo?

Fernando Saldivia Najul
09/01/2020


El Constituyente Nestor Francia nos pregunta en su último artículo publicado en Aporrea: ¿Será que el pueblo sigue solo y nosotros mirándonos el ombligo?

Entiendo que cuando Francia habla de “nosotros mirándonos el ombligo” se refiere a quienes se supone que tienen más poder para la toma de decisiones y acciones, como por ejemplo, los voceros constituyentes como él, los miembros del alto gobierno cívico-militar, ministros, gobernadores, alcaldes, y los dirigentes del Psuv.

El camarada Nestor también nos recuerda que antes de perder las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre 2015, el gobierno abandonó al pueblo en las colas mientras se ahogaban en su sempiterna burbuja. Y que si no dan de verdad el golpe de timón, les espera otro fatídico 6 de diciembre.

Pues bien Nestor. Por supuesto que el pueblo sigue solo, o mejor dicho, casi completamente abandonado a su suerte. Pero no tanto porque los políticos estén mirándose el ombligo, como tú dices, sino porque tienen intereses distintos a los de la clase trabajadora. Si bien la mayoría de ellos vienen de la clase trabajadora, y algunos incluso provenientes de los sectores excluidos durante la IV República, hace rato que se convirtieron en una clase aparte: la clase política que administra y dirige el Estado burgués, la otra cara del capital.

Es decir, se alienaron, se distanciaron del pueblo, están pasándola muy bien en su zona de confort, en su burbuja, en sus bodegones, protegidos contra la guerra económica. Pero eso no quiere decir que no conozcan la realidad. Además de mirarse el ombligo, a ratos también miran la realidad a través de la ventana de su camioneta blindada o desde su celular. Claro, no es lo mismo que sufrir la realidad en carne propia, pero algo la conocen.

¿Qué constituyente, miembro del alto gobierno cívico-militar o dirigente del Psuv no ha visto a las niñas y niños comiendo basura en las calles? Claro que las han visto, pero pasan de largo y se meten en un bodegón para comprar exquisiteces para llenar la neverita que tienen en su oficina.

¿Cuántos mensajes al celular no reciben a diario por parte del pueblo desesperado clamando para que los ayuden a combatir la desproporcionada alza de los precios de los alimentos y medicinas? Son infinidad de mensajes Nestor, pero se hacen los desentendidos, o bloquean a sus seguidores impertinentes. No te responden, y cuando te responden, solo te dicen que es por culpa de la guerra económica y no por culpa de la revolución. Coño, ¿pero quién se imagina una revolución sin una lucha de clases aguda, revolucionaria?

Por supuesto que tiene que haber guerra económica, que no es otra cosa que una expresión de la misma lucha de clase de siempre, pero en su forma más despiadada y con propósitos políticos. El control de la economía es el arma más poderosa que tiene nuestro enemigo de clase, y en lugar de desarmarlo lo financiamos desde el Estado, y para colmo llegamos a crear una nueva burguesía afín al gobierno, y que de manera engañosa, la llamamos revolucionaria.

Camarada Nestor Francia, el pueblo depositó toda su confianza en la creación de la Asamblea Nacional Constituyente. Nos la vendieron como un poder plenipotenciario que derrotaría la violencia de la derecha. Para ese entonces expresada principalmente en los actos terroristas, mal llamados guarimbas, y que hoy esa violencia del enemigo tomó la forma de violencia especulativa contra el bolívar.

Hubo compatriotas que hasta arriesgaron la vida para poder llegar al centro de votación y votar en las elecciones de constituyentes. Casi los matan los paramilitares que los habían amenazado si votaban. Hasta adultos mayores se levantaron a las 5 de la mañana para atravesar el río Torbes en Táchira y llegar al centro de votación. Durante la travesía una mujer exclamó: “Aquí vamos, nadie nos detiene. Por ti Chávez”. Y después que votaron le reportaron al Presidente en un video, y corearon juntos: ¡Presidente Maduro, cumplimos!

El día siguiente, Maduro respondió por televisión: “Ayer nos hicieron soltar lágrimas varias veces cuando yo vi a esas mujeres con sus hijos cruzando el río Torbes en medio de la lluvia (…) para ir a votar por la ANC”.

Como ven camaradas, el pueblo siempre ha cumplido, pero lamentablemente es el único que está resistiendo.

En julio de 2018, un año después de instalada la ANC, su presidente Diosdado Cabello expresó: “Nuestra Asamblea Nacional Constituyente es insurgente, popular, originaria, insurgió contra la violencia de la derecha, que ahora no es quemando gente en la calle, sino incrementando los precios”.

En ese entonces, Diosdado mandó a los constituyentes a la calle para acompañar al pueblo organizado en su lucha diaria contra los comerciantes especuladores.  Que por cierto Nestor, un pueblo que la mayoría de las veces se ve frustrado por la complicidad que tienen funcionarios del Sundde, policías y guardias nacionales con los comerciantes especuladores. Eso es vox populi.

Días después, en su programa Con el Mazo Dando dijo: “Somos los primeros que tenemos que estar en los comercios. Hagamos uso de ese poder en función del bienestar del pueblo. (…) Si un comerciante sube los precios y viene la Sundde y le pone una multa ¿Quién paga esa multa? El pueblo, porque el ‘pájaro’ aumenta los precios otra vez para pagar la multa y que le quede una ganancia. La única manera de que ellos entiendan es que los metan presos”.

Cuatro meses más tarde, el 20 de diciembre de 2018, tu compañero constituyente, Julio Escalona, se paró en el podio de la ANC y dio un discurso que incomodó a muchos. Entre críticas y autocríticas, reconoció que la ANC  no ha sabido  cumplir la expectativa que se creó en el pueblo venezolano. Minutos después de haber comenzado su discurso, VTV lo sacó fuera del aire.

Hasta que finalmente el Presidente de la República Nicolás Maduro tomó la decisión de dar el golpe de timón, pero en lugar de enrumbar el barco hacia el socialismo, como el llamado que haces en tu artículo, el equipo económico del Presidente lo dirigió hacia el neoliberalismo. Congeló los salarios, las pensiones, las jubilaciones, y liberó los precios, y a esto lo llamó “la autorregulación del mercado”. Lorenzo Mendoza se frotó las manos. Ahora podía continuar marcando los precios de los productos Polar, sin que nadie del gobierno lo fastidiara.

Si Nestor, Nicolás abandonó la orientación estratégica que nos había señalado el Comandante Chávez en su Plan de la Patria, donde planteó la radical supresión de la lógica del capital, y la pulverización del Estado burgués.

Ya en 2009, en una entrevista con el senador argentino Daniel Filmus, Chávez veía como parte de la estrategia de combate, una “sociedad de iguales, de iguales en el entendido marxista (…) que se acabe la grosera división en clases sociales”.

Si camaradas, aunque sea difícil, estamos obligados a crear las condiciones objetivas construyendo una subjetividad consciente, convenciendo en el debate, para seguir acumulando fuerzas y restándoselas al enemigo, en el tránsito hacia el socialismo: Comuna o nada. Estamos obligados a continuar combatiendo la lógica del capital. No podemos parar de soñar en la libertad plena que solo se alcanza liberándonos de la dictadura del capital.

El mundo estaría mucho peor si no hubiese soñadores en combate. Esperar las condiciones ideales para combatir al enemigo lo que hace es aumentar los genocidios de pueblos enteros, el hambre de los excluidos, la sobreexplotación de la clase obrera, la ansiedad y la depresión de los sectores medios, y la destrucción del ambiente. No podemos esperar más. La sociedad sin clases no es una opción, es una necesidad impostergable.

Además, Chávez nos enseñó que mientras más nos ataque el enemigo, debemos responderle con más revolución, con más democracia. ¿Y qué hicimos Nestor? Dejamos que pariera una nueva burguesía, que el equipo económico de Nicolás la llama revolucionaria. Qué bolas. Apalancar una nueva burguesía desde el Estado con la excusa de que no están dadas las condiciones objetivas para construir la sociedad sin clases, es un insulto a la inteligencia de las trabajadoras y trabajadores que somos quienes producimos la riqueza. Saludos revolucionarios.


Publicado en Aporrea.org el 09/01/2020

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