Ramírez y Quevedo, ¿quiénes se están enriqueciendo con el Aceite PDV?

Fernando Saldivia Najul
16 octubre 2019


El 3 de enero de 2018 en entrevista con el periodista Michel Caballero en el programa En tres y dos que transmite VTV, el Ministro Ricardo Menéndez se hizo él mismo esta pregunta: “¿Cómo es posible que PDVSA produce casi que prácticamente la totalidad del aceite de nuestro país, y sin embargo en la calle esté a precios absolutamente disparados? ¿Quién se enriquece de eso? (…) Hay que revisar quienes están concentrando los grandes capitales, quienes se han enriquecido de esos grandes capitales”.

Más de una vez he escuchado a Diosdado Cabello que van a atacar a las mafias que nos han empobrecido, y a Nicolás Maduro gritar a los cuatro vientos que van a emprender una cruzada histórica contra los mafiosos sin importar apellidos oligarcas. Sin embargo, hasta el momento, nadie le ha podido responder a Menéndez, ni al pueblo, qué apellidos tienen esas mafias, o esa mafia, del Aceite PDV. ¿Serán tan poderosos esos mafiosos que ni Diosdado ni Nicolás se atreven a denunciarlos y acabar de una buena vez con ese guiso de los lubricantes?

Un negocio redondo que empezó durante la gestión de Rafael Ramírez y continúa hoy pujante y vigoroso sin ningún obstáculo. Ni siquiera Manuel Quevedo, un alto oficial de la Guardia NacionalBolivariana, quien tiene 2 años al frente de la Industria, ha podido identificar quienes se están enriqueciendo con el salario del pueblo.

Este negocio empezó a finales de octubre de 2012 cuando el Comandante Chávez se encontraba en plena batalla contra el cáncer que le inocularon los enemigos del socialismo. Empezaron con el acaparamiento. En los anaqueles de las Estaciones de Servicio PDV solo se veían marcas importadas. Luego se descubrió que vaciaban el Aceite PDV en envases de otras marcas para venderlo como producto importado. Luego el aceite PDV comenzó a aparecer en la calle, las mafias se lo vendían a los buhoneros. Y el lubricante PDV también se podía ver por cantidades en los comercios de la hermana Colombia. Al parecer, las gandolas cargadas con pipas de Aceite PDV cruzaban la frontera por las noches.

Ningún personero del Gobierno se pronunciaba sobre este golpe contra el pueblo. Al tal punto que todo el mundo pensaba que Pdvsa se había sumado a la guerra económica. Hasta que por fin, después de un año y medio de golpes continuados al bolsillo de los venezolanos, Rafael Ramírez se pronunció al respecto.

El 30 de mayo de 2014, en rueda de prensa en la sede de Pdvsa La Campiña aseguró que “estamos en medio de una guerra económica”, y agregó: “Nosotros vamos a garantizar la presencia de los lubricantes en todos los estados del país, pero quien no esté cumpliendo con la cadena de distribución se les revocará el permiso que se les ha otorgado para la mencionada actividad económica”.

Tres meses después, Ramírez entrega la presidencia de Pdvsa y asume la vicepresidencia del Área Económica. No hace falta demostrar aquí que las mafias del Aceite PDV derrotaron a Ramírez. Salieron invictas. Y surge la pregunta: ¿Será que no le dio tiempo de revocarles los permisos a todos los distribuidores mafiosos?  Cuando Ramírez entrega la presidencia de Pdvsa se cumplían 2 años de la guerra del aceite. ¿Era muy poco tiempo para identificar la red y denunciar a los delincuentes? ¿Sospechó Ramírez que quizá habría militares con mucho poder implicados en el negocio y no se atrevió a ir más allá? ¿Será que descubrió a una mafia del aceite dirigidas por gerentes de Pdvsa que tenía más poder que él?

El hecho es que las mafias también sobrevivieron a las gestiones de Eulogio Del Pino y Nelson Martínez en la presidencia de Pdvsa.

Hasta que en noviembre de 2017 Nicolás Maduro designa al General Manuel Quevedo para que asuma las riendas de la estatal petrolera. Quevedo llegó amenazando a los escuálidos que sabotean la principal industria del país. Los trabajadores de Pdvsa se emocionaron. ¡Ahora si, carajo, llegó el General y mandó a parar!

Dos meses más tarde, en febrero de 2018, su compañero de armas, el General Carlos Osorio se armó de valor, y se fue hasta la autopista Caracas – Guarenas en busca de las cabezas de las mafias. Se estacionó en el hombrillo frente a unos vendedores informales de aceite y los increpó. “En el nombre de dios” —dijo—, se bajó del carro, y se dispuso a interrogar a los muchachos y a regañarlos.

Osorio le pidió a los jóvenes revendedores que lo ayudaran a encontrar a los jefes de la mafia para meterlos presos. Lamentablemente hasta aquí llegó el acompañamiento que los chamos del medio popular Tvs Pueblo hicieron a la investigación que emprendió Carlos Osorio para dar con el paradero de los capos de la mafia. No sabemos con cuáles intocables se tropezó Osorio durante la pesquisa, ya que no pudo hablar más sobre el tema.

Pasaron los meses y los precios del Aceite PDV continuaron vendiéndose a precios escandalosos. Debido a esto y otros gastos de mantenimiento, mucha gente guardó el carro, y comenzaron a trasladarse a sus sitios de trabajo en Metro, camionetica, o como decían los viejos de antes: a “pedal y bomba”.

Eleazar Díaz Rangel hizo una campaña a través del diario Últimas Noticias para que el alto gobierno diera una explicación. En casi todos sus artículos de los domingos tocaba el tema, y le preocupaba mucho el silencio de las autoridades. En uno de los artículos escribió: “Se me asegura que hasta vehículos de la Guardia y del Ejército los protegen cuando los transportan”.

Finalmente, el 3 de julio de 2018, Manuel Quevedo conversó con Eleazar y le informó que para ese mes de julio tiene un plan y empezará a enfrentar esa situación, y “esperamos que la gente (…) no pague los precios especulativos“.

Ya hace 14 meses desde que Quevedo le dio esperanzas a Díaz Rangel y al pueblo de derrotar a la mafia del aceite. Y el llantén todavía se siente por las redes sociales.

¿Cómo es posible que quienes se estén enriqueciendo con el negocio del aceite tengan más poder que Nicolás, Diosdado, Ramírez, Quevedo, Menéndez y Osorio juntos? No me jodan.


Publicado en Aporrea.org el 16/10/19  

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