Fernando Saldivia Najul
28 octubre 2019
Yo conocí a un Mario Silva
irreverente y aguerrido cuando leía sus artículos en el portal Aporrea.org por
allá en 2003. No pocas veces escribía con rabia y dolor, al presenciar cómo
estaba surgiendo descaradamente frente a sus ojos una nueva burguesía que se
partía el pecho hablando de revolución.
Cuando casi nadie hablaba
de la nueva elite enquistada en el poder, después de derrotado el paro-sabotaje-terrorista petrolero
por parte del pueblo que rodeó las instalaciones, el camarada Mario Silva nos
alertaba “sobre la creación de
una nueva burguesía peor a la anterior”. Si, peor, al
menos así la percibía Mario. Quizá la calificaba de esa manera porque se
encontraba mimetizada dentro del proceso revolucionario, y sabemos que el
enemigo infiltrado adentro de nuestras filas es más peligroso que afuera.
Mario Silva tenía un
olfato envidiable, que ni el mejor de los sabuesos. Muy temprano detectó a los
enemigos internos. Quienes leían sus reflexiones deben recordar la crítica y
autocrítica certera y documentada que lo caracterizaba. En 2003 escribió:
“Al lado del líder, pulula
gente que no está con el proceso y solo obedece a intereses personales. Esa es
una verdad tan grande como un templo”. “Está pariendo una nueva burguesía más peligrosa. (…) Diligentes
saboteadores y conocedores del gatuperio político, se enristran en el proceso y
emerge la sonrisa estereotipada ante la foto oportuna al lado del Comandante
Chávez”.
Mario manejaba mucha
información sobre las luchas intestinas dentro de Pdvsa, corazón de la economía
venezolana, para repartirse los cargos y los negocios. Sabía que había una
quinta columna que se resistía a destituir a los golpistas en algunas áreas de
Pdvsa, como Pdvsa Oriente, por ejemplo. Al mismo tiempo le preocupaba el cerco
informativo que le impusieron al Comandante Chávez. Entonces, ¿qué hacer? No le
quedaba otra que, rodilla en tierra, continuar disparando su fusil desde su trinchera
Aporrea, con la esperanza de romper ese cerco. En enero de 2004 escribió:
“Esta revolución estaría
pariendo paralelamente una nueva
burguesía mucho más ambiciosa
y asesina, que supliría a la que se formó después del 23 de enero del 58 (…) Un
ejemplo de esto, sería la guerra de posicionamientos de esa clase media en la
industria petrolera. (…) ¿Por qué aparecen en cargos de Pdvsa nombres ligados a
Fedecámaras? (…) ¿Por qué se excluyen a quienes batallaron por recuperar a
PDVSA del fascismo, y se les tiene como parias en el departamento donde
laboran? ¿Qué está pasando en Deltaven, en Pdvsa Oriente, en Pdvsa Gas, en
Pequiven?”.
Asimismo, en febrero de 2005
nos alertó sobre el burocratismo y la corrupción de la nueva burguesía que
estaba atacando nada más y nada menos que las nacientes Misiones Sociales:
“Las Misiones, que fueron
factor determinante para consolidar el alto porcentaje de aceptación popular
del Comandante Hugo Chávez, hoy [están siendo] atacadas por el burocratismo y
la corrupción de pequeños grupos que están apostando a consolidar una nueva burguesía que controle o saque del poder al
Comandante”.
Mario también nos
explicaba en sus escritos cómo esa nueva burguesía enquistada en el poder iba
poco a poco desplazando a los cuadros valiosos de la revolución que eran
reconocidos por el Comandante. Lean esta perla:
“Basta que el Comandante
Chávez felicite o reconozca la labor de tal o cual personaje, para que mil
demonios se vayan encima de esa persona y termine destruida en pocos meses, o
acabe obedeciendo y alabando a esa nueva
burguesía que no quiere
rivales (…)”. “Es así como se han perdido cuadros valiosos (…) ¿Cómo te
enfrentas a una maquinaria que va ofreciendo puestos a los ineptos y va
desechando a los críticos que han desarrollado una labor titánica en los
barrios, (…) y hasta en las instituciones? He visto como un individuo que hace
su trabajo en los barrios, (…) le cierran las puertas con una montaña de
papeles o, si no se deja envolver por la militancia partidista, termina desacreditado
como borracho, drogadicto, o la peor vaina que se les ocurra a los interesados
en mantener el poder local. Y este es un ejemplo en micro. Porque si hablamos
de las políticas de altura, terminaremos ubicando un rincón para vomitar de la
arrechera”.
Pues si camaradas, detrás
de ese capitalismo de Estado naciente como etapa de transición, se encontraba
la nueva burguesía burocrática de Estado metiéndole palos a la rueda de la
revolución, y que a su vez se consolidaba como futura opresora de la clase
trabajadora. Nada nuevo bajo el sol. La historia así nos lo ha enseñado. Ahora
se hacen llamar burguesía revolucionaria, pero ni pendejos que fueran para
inmolarse frente al poder popular revolucionario.
Ahora está más claro que
ayer. Confirmado lo que enseña la historia. Así lo creo. No sé si Mario Silva
como miembro de la plenipotenciaria Asamblea Nacional Constituyente, es decir,
que se encuentra más cerca del poder político estatal, pueda percibirlo de esta
manera. O tal vez piense que el poder popular, que lo colocó a él sobre ese
escenario de lucha, que se supone que está por encima de los demás poderes, ha
podido hacerle frente e imponerse sobre esa nueva burguesía que él identificó
en 2003. No lo sé.
Su compañero de la Comisión de
Economía de la ANC , el Constituyente Julio
Escalona, en varias oportunidades ha señalado a la quinta columna dentro del
proceso revolucionario, incluso llegó a escribir en un artículo: “La gente
siente que el grupo neoliberal se compactó (…) Las políticas neoliberales están
golpeando la vida cotidiana”. Y en una oportunidad que estaba dando un discurso
en la ANC , el canal del Estado, VTV,
lo sacó fuera del aire. Eso dice mucho de su condición revolucionaria.
Nos consta que el
Comandante guerrillero Julio Escalona ha combatido de frente a la nueva
burguesía. Pero Mario, ¿y los demás Constituyentes lo están haciendo? ¿Quién va
ganando la lucha de clases allá dentro? No dejen solo a Julio. Saludos
revolucionarios.
Publicado
en Aporrea.org el 28/10/19
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