Matar para robar, robar para dominar

El Líbano sangra

Fernando Saldivia Najul
17 julio 2006


Están asesinando niños libaneses con la pura lógica del terrorismo de estado: matar para robar, robar para dominar. La internacional del crimen, como le decía el Che, nuevamente desangra al pueblo de mis abuelos, el Líbano.

La coalición Sionismo-WASP, “los elegidos de Dios”, matan, roban y expanden su dominio, con el cínico y trillado pretexto de que se encuentran en “Situación de Seguridad Especial”, según lo declaró el gobierno de Israel con el apoyo de Bush, el elegido.

Se sienten élites elegidas. No tienen duda de ello. Pero yo si tengo dudas. Si es verdad que Dios habló con Moisés, y ahora con Bush, según él mismo lo dijo, seguro que no fue para que arrasaran pueblos enteros. El mismo Moisés se escandalizaría de ver la matanza de niños libaneses por parte de sus descendientes sionistas.

El “ojo por ojo” les quedó corto. Los ataques desproporcionados superaron la antigua Ley del Talión. La orden es: “varios niños y mujeres por un soldado”. Volvieron a los tiempos anteriores a la Ley, cuando los “vengadores de la sangre” practicaban con frecuencia una venganza desproporcionada al daño inicial. Si a estas élites les es insuficiente la obsoleta Ley del Talión, entonces se reirán del “perdón” que profesó Jesús, el mismo dios de los WASP.

Por supuesto, el fin es la expansión del poder. Para muestra un botón. El gobierno de Israel ha aplicado sin compasión a los palestinos, una ley antidemocrática conocida como la “Ley de Propiedad del ausente” de 1950. Con esta ley los israelíes se han apoderado de propiedades pertenecientes a palestinos que fueron echados de sus casas por grupos terroristas sionistas en los años 1948-49.

Como una forma de robo de la propiedad privada, los terrenos, casas y cuentas bancarias fueron confiscadas para que los israelíes vivieran cómodamente en casas que construyeron los palestinos. La tierra fue usada para establecer inmigrantes judíos y el dinero para financiar su entrada en Israel. Más recientemente, con la construcción del muro racista expansionista, muchas casas las demolieron y los terrenos de cultivo que quedaron al otro lado del muro, se los robaron.

Esto es puro racismo. Algo parecido hacían las tropas de Hitler cuando invadían un país vecino. Si los miembros de una familia de una vivienda no tenían los rasgos arios, los echaban y le entregaban la vivienda a una familia aria.

El fascismo y el sionismo es racismo. No en balde, en 1975, la Asamblea General de la ONU aprobó la Resolución 3379, donde se llegó a la conclusión de que “el sionismo es una forma de racismo y de discriminación racial y una amenaza para la paz y la seguridad mundial”. Desdichadamente en 1991, con la influencia del papá de Bush, ésta resolución fue revocada por la Resolución 4686. Era de esperarse.

Nuestros hermanos judeosemitas del pueblo de Israel tienen que despertar. Tienen que seguir a los compañeros activistas israelíes. De lo contrario, sus seudos dirigentes sionistas los pudieran estar llevando a otro holocausto. El secuestro de dos soldados no es la causa de las hostilidades en el Líbano. La matanza de libaneses que comete el ejército de Israel es parte de la política de expansión Sionismo-WASP, y pudiera conducir a otro histórico y lamentable genocidio judío. Pero esta vez ya no serían el chivo expiatorio. El genocidio ya no sería inducido por la propaganda nazi. Ahora sí es evidente el riesgo de amenaza que representa el sionismo para los pueblos árabes y la paz mundial.

De hecho, muchos libaneses y sirios venezolanos que adversan la política exterior del Presidente Chávez, hoy se sienten amenazados y comienzan a reflexionar y a distinguir a sus enemigos. Ya la imagen negativa del mandatario nacional que le enseñó Globovisión, no es tan negativa.

Para finalizar, encendamos las alarmas. Como una simple provocación, nuestra embajada en el Líbano pudiera ser bombardeada y considerada un “daño colateral”. Y hago un llamado a todos aquellos que todavía tienen como ridículas las palabras del Presidente Chávez. A ellos les digo: No esperen a que las bombas les caigan encima de sus cabezas para decir ¡Chávez tenía razón!

Unos matan para robar y dominar. Otros luchan para vivir.

Los libaneses y los venezolanos venceremos.


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Publicado en Aporrea.org el 17/07/06
http://www.aporrea.org/internacionales/a23637.html

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