Fernando Saldivia Najul
01 agosto 2018
No debe ser nada fácil para aquellas
personas que odiaban a Chávez, que le deseaban la muerte, o que simplemente
celebraron su asesinato brindando con Whisky, tener ahora que sacarse el Carnet
de la Patria con la
silueta de Chávez en el reverso del carnet, como requisito indispensable
para poder obtener gasolina subsidiada. Tamaña humillación.
Y no solo eso. Para poder acceder al
carnet, tienen que registrarse en la página patria.org.ve y leer en la portada un pensamiento
odioso de Chávez: “No hay amor más grande que el que uno siente aquí en el
pecho por una causa, por una patria, por una gente, por un pueblo, por la causa
humana.” Qué bolas.
Alguien que tenga un poquito de
dignidad no debería caer tan bajo. Es verdad que muchas personas tuvieron que
armar una carpeta de recaudos y calarse largas colas de manera sumisa y
obediente en la banca privada, con todos los maltratos que la burguesía
bancaria nos tiene acostumbrados, para poder acceder a dólares preferenciales
durante el gobierno de Chávez. Pero es que eso era distinto, porque ese es un
derecho, porque esos dólares son del pueblo. ¿Pero sacarse el Carnet de la Patria para
obtener gasolina subsidiada? No hay derecho, porque este carnet es un
instrumento de control social y político. En cambio Chávez era distinto, porque
Chávez no tenía intenciones de controlar a los raspacupos cuando se gozaron a
Cadivi. ¿Verdad?
Bueno, ahora hablando en serio. ¿Dónde
estaba el bravo pueblo de Venezuela cuando los obligaban a armar la carpetica
de Cadivi y a amanecer sin desayuno en las puertas de los bancos de la
burguesía?
Escribo sobre este tema porque no puedo
olvidar a las personas que me decían que para ser felices tenían que matar a
Chávez. Y resulta que ahora no está Chávez y tampoco son felices. Y lo peor,
perdieron el estatus material que vivieron con Chávez. Ya no pueden comprar
carros Chery, ya no pueden adquirir electrodomésticos de Mi casa bien equipada,
ya no pueden comprar apartamentos, ya no pueden acceder a dólares
preferenciales, ya no pueden viajar a Miami. Solo pueden viajar dentro del
vagón del Metro junto con los pata en el suelo.
Ahora tienen que comprarle a la
burguesía —a sus patrones, a sus protectores—, al precio que a la burguesía le
da la gana con los salarios que a la burguesía le da la gana conforme a sus
intereses, y no conforme a los intereses de los igualados de la clase
asalariada.
Con el asesinato de Chávez la
oligarquía se envalentonó y no solo atacó a los chavistas, sino que arremetió
sin piedad a su misma base social, con amplia mayoría perteneciente a los
sectores medios de la clase asalariada. Aumentan los precios todos los días
pero no los salarios.
Están a sus anchas y no hay gobierno
que los frene. Y quienes apostaban por el asesinato de Chávez, y quienes decían
que cualquiera es mejor que Chávez, ahora resulta que no tienen a nadie quien
los gobierne. Se dieron cuenta que sus líderes no luchan por ellos. Pero sin
embargo, están muy seguros que cualquiera es mejor que Maduro. Que esta vez si,
que después de Maduro si van a ser felices.
Publicado
en Aporrea.org el 01/08/18
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