Fernando Saldivia Najul
06 julio 2018
El camarada y constituyente Nestor Francia, hijo de campesinos pobres, como buen cimarrón, se resiste a usar el “sugerido” traje formal para asistir a las sesiones especiales de
Cierto. Así como el uniforme de los
militares y sacerdotes representan el poder militar y religioso, el traje y la
corbata es el uniforme del macho dominante en el sistema de producción
capitalista. Es un símbolo del burgués para distinguirse de los obreros y las
mujeres, y establecer un orden jerárquico de sumisión y obediencia, nada
democrático. Lo que sucede es que las capas medias de la clase asalariada
desclasadas buscan distanciarse del pueblo y acercarse al capitalista, y se
montan su percha encima.
Muchas veces tienen que pedir un traje
prestado, o endeudarse para adquirir un flux. No sé si es el caso de los
constituyentes. Desconozco si tienen suficientes ingresos para adquirir hoy en
día un traje de contado. En todo caso, me pregunto si los miembros de la ANC que
sugieren de manera firme que se lleve traje formal a las sesiones especiales,
no llegarán a incomodarse porque uno lleve un “flux puyao”.
Quizá algunos jóvenes constituyentes no
sepan qué es un flux puyao. En realidad es una forma peyorativa y burlesca para
señalar a los pelabolas que exhiben con orgullo la prenda en cuestión. Lo que
sucede es que muchas veces nosotros nos burlamos de nosotros mismos en lugar de
burlarnos de los burgueses. Seguramente Roland Carreño sí conoce el término.
Bueno, les cuento que décadas atrás
cuando los pelabolas desclasados querían parecerse a los burgueses, se iban
para una tienda de ropa en El Silencio, allá por el centro de Caracas, para
comprar un traje. Rápidamente el vendedor le olfateaba su poder adquisitivo, y
para no perder tiempo les bajaba los trajes más baratos que se encontraban en
el último perchero cerca del techo del local. Para alcanzarlos, en lugar de
subirse a una escalera, se servía del palo descolgador de perchas, que consiste
de un palo largo con una horquilla en el extremo, o un clavo perpendicular al
palo, también en el extremo, que facilita enganchar la percha y bajar los
trajes más baratos. De allí el “flux puyao”. Incluso lo podías pagar por
partes. No sé como estará la cosa hoy día.
Pues si camaradas, aún estamos
dominados, domesticados. A nuestros hermanos y hermanas indígenas los obligaron
a vestirse como un acto de dominación para borrar sus identidades originarias,
como los tatuajes y pinturas corporales. A quienes veían sin el vestido
obligatorio lo identificaban como un cimarrón que se rebelaba contra el nuevo
orden, y debía sufrir un castigo público. Todavía hoy, a quien vean sin camisa
en la vía pública como vestía Guaicaipuro, lo montan en la patrulla y se lo
llevan detenido por alterar el orden público y las buenas costumbres, que ellos
llaman la moral social, pero en realidad es la moral burguesa impuesta a la
clase trabajadora oprimida. Un mecanismo de control social. Se trata de las
buenas costumbres burguesas. La misma costumbre que les permite asesinar
líderes campesinos, y quemar personas vivas en las plazas para no perder sus
privilegios.
Nestor, que tal y hacen un ejercicio de
democracia en la ANC , y debaten el tema por
televisión, y de pronto, quién sabe, y los cimarrones puedan convencer a los
constituyentes desclasados de liberarse de los símbolos de los enemigos del
pueblo. Ayúdenlos a desalienarse, y luego convénzalos de que usar el traje del
enemigo los distancia del pueblo que los eligió. Me gustaría escuchar sus
argumentos.
Bueno, esto en realidad puede esperar.
Ahora es urgente que acompañen al pueblo a combatir y a ganar la guerra
económica que se le hace desde afuera y desde lo interno del Estado burgués.
Saludos.
Publicado
en Aporrea.org el 6/07/18
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