26 abril 2015
Camaradas
Nicolás y Diosdado, a la revolución se la está tragando la corrupción. Estamos infiltrados
de jefes corruptos hasta los tequeteques. Pueden ser escuálidos, pueden ser abstencionistas,
o pueden ser personas disfrazadas de chavistas, que incluso les conviene votar
por la revolución porque tienen buenos contactos en el alto mando político y
militar, o en los cuadros medios.
Estas
mafias corruptas han venido desplazando poco a poco a las personas honestas de
las instituciones y empresas del Estado. A las personas honestas se les suele hacer
una campaña de descrédito por varias semanas antes de despedirla del cargo.
Estas mafias pueden incluso montar un expediente amañado para justificar el
despido de algún servidor público honesto que se les atraviese en el camino.
Comandante
Obrero Nicolás Maduro, y primer vicepresidente del PSUV Diosdado Cabello, ¿por
casualidad a ustedes nunca les han llegado con el cuento de que fulano o
mengano es muy conflictivo y que por tanto tenemos que removerlo del cargo?
Bueno, camaradas, cuando alguien de su entorno les diga que fulano o mengano son
conflictivos tienen que encender las alarmas, porque esa persona conflictiva
puede estar tocando intereses de los capitalistas o de los burócratas.
Pero
esa persona honesta no solo es conflictiva. También puede ser problemática,
estricta, intolerante, y otros epítetos que acostumbran a usar los empresarios
privados y los burócratas. Incluso a esa persona la pueden calificar de loco,
como aquella campaña que la derecha lanzó en contra del Comandante Hugo Chávez,
o como la campaña que la burocracia lanzó y sostiene en contra del camarada
Eduardo Samán.
Todavía
no he escuchado a un revolucionario hablar mal de Eduardo Samán. Lo que sí sé
es que hace unos años me comí unas arepas en la extinta Arepera Socialista de
Parque Central, y pude leer impreso en la factura el siguiente lema: «Dar según
la capacidad de cada uno y recibir según la necesidad de cada uno». Me emocioné
mucho, de verdad. Cuando pregunté a los empleados quién escribió ese
pensamiento comunista y cristiano en la factura, los empleados me contestaron
que fueron órdenes del Ministro Samán para ayudar a formar a la mujer y al hombre
nuevo. ¡Qué bolas, este sí está loco!, dirían los consumistas y ambiciosos
corruptos.
Nicolás,
Diosdado, aquí entre nos, ¿será entonces que tenemos que volver a llamar a los locos,
aunque no sean de nuestro entorno cercano, y aunque sean irreverentes en la
discusión, para que paren la hemorragia que está sufriendo la República?
Publicado
en Aporrea.org el 26/04/15
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