Cecilia García Arocha, ¿a ti no te da miedo caminar por los pasillos de la UCV?

Fernando Saldivia Najul
19 junio 2020


Cecilia, este jueves, el día siguiente del desplome del techo del pasillo que se encuentra entre la Tierra de Nadie y la Facultad de Humanidades y Educación, me encontraba por los alrededores de la Plaza Venezuela, y se me ocurrió dar un recorrido por las instalaciones de la Ciudad Universitaria para constatar el estado en el que se encuentran.

Tú sabes, como a muchas otras personas, nos preocupa la vida de quienes transitan por esos pasillos. ¿Te imaginas que hubiese pasado si el colapso del techo hubiera ocurrido en un día normal de clases, con el gentío caminando por debajo?

Bueno, Cecilia, te cuento. Casualmente estaba lloviendo y pude presenciar el estado de los drenajes sin necesidad de estar cargando agua ni estar encaramándome por los techos. Papita, pues. Supongo que ese recorrido lo haces tú de vez en cuando, rodeada de profesores especialistas en la materia. Pero no importa. Te cuento lo que vi.

Empecé por el pasillo que arranca en la Puerta Tamanaco y termina en el Instituto de Medicina Tropical. Tú sabes, el que bordea el cerro del Jardín Botánico. Si tienes un tiempito ahora, asómate por allá. Por cierto, un tramo está al frente del rectorado, tu oficina.

Adosado a cada columna inclinada del techo hay un pequeño canal de drenaje abierto de concreto, en donde se supone que debiera descargar el agua de lluvia proveniente del techo a través de un orificio. Esos orificios están tapados con las hojas de los árboles y con la tierra del talud que el viento deposita sobre el techo. Hasta matas crecieron. Para que te cerciores de lo que digo, intenta medio destaparlos con un palito que encuentres en el suelo, y verás como empieza a escurrir el agua poco a poco.

Luego me fui para el pasillo de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Y me puse a ver los techos por debajo. Y no me lo vas a creer, Rectora, pero pude ver algunas “estalactitas” de color blanco de hasta 5 centímetros de largo, colgando del techo. Si, Cecilia, como las de la Cueva del Guácharo, pero en miniatura. Y todo producto de las filtraciones de agua de lluvia. Casi todos los techos están manchados de blanco por la misma razón. ¿Desde cuando no se impermeabilizan esos techos?

Pero parece que la negligencia está generalizada. De hecho, si desde este mismo pasillo volteas la mirada hacia la fachada lateral del Galpón o Edificio de Química Aplicada, podrás darte cuenta que el alero del techo parece una jardinera, por la cantidad de hojas, tierra y plantas depositadas allí. Incluso el canal de drenaje a orillas del alero colapsó por el peso de la tierra, y hay un tramo que parece una maceta colgante achinchorrada.

Continué mi recorrido por el pasillo de Ingeniería, donde se encuentran los libreros. Subí por la escalera exterior que está en la esquina noreste del Edificio de Aulas de Ingeniería, con el propósito de ver el techo del pasillo por arriba. Alcancé a ver que todo el techo estaba lleno de hojas de los árboles, con algunas enredaderas, y hasta ramas secas que caen de los árboles. ¿Desde cuando no podan los árboles y no barren el techo?

Finalmente, me acerqué hasta el sitio de la lamentable noticia. Los Jardines-Plaza Jorge Rodríguez (Padre), o Tierra de Nadie. Había unos carros estacionados y algunas personas tomando fotos. Llegué a escuchar comentarios de todo tipo. Como por ejemplo: “Aquí han venido muchos a tomarse un selfie con fondo del techo colapsado, pero ninguno trae una escoba para barrer los techos”. También algunas indirectas como esta: “¿No será que los trabajos de mantenimiento no dejan comisiones?”.

El sitio estaba acordonado con una cinta de precaución. Sin embargo, se alcanza a observar a unos metros de distancia, que lo que falló no son los paneles o losas onduladas del techo, sino la viga de concreto postensado que las soporta. Las fracturas que presentan las losas que descansan sobre esta viga, y ahora también sobre el piso, se originaron por la falla de la viga y el impacto. Sin embargo, sí se puede apreciar que la mayoría de las losas del techo están achinchorradas, deformadas. Es decir, perdieron la horizontalidad de diseño.

Cecilia, debes saber que las cabillas y las guayas de acero de refuerzo del concreto se oxidan o corroen con las filtraciones. Te pregunto, ¿cuánto le cuesta a la universidad impermeabilizar los techos? ¿Cuánto cuesta disponer de una cuadrilla de trabajadores para que barran las hojas sobre los techos para evitar obstruir los drenajes? Creo que un buen mantenimiento preventivo te ahorraría costos de reparación, y lo que es más importante, Rectora vitalicia, podrías salvar vidas. ¿No crees?

Por último, te copio la opinión en twitter de un movimiento de estudiantes de la UCV:

Por años hemos visto andamios sosteniendo partes de los pasillos cubiertos de la UCV, los mismos presentaban filtraciones. Sus techos llenos de hojas de los árboles no requieren de mayor presupuesto para ser limpiados y drenados, solo falta voluntad y eso no lo hay.
5:09 p. m. · 17 jun. 2020·


Publicado en Aporrea.org el 19/06/2020   

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