Fernando Saldivia Najul
19 diciembre 2018
Nuevamente la valiente
camarada y Constituyente María Alejandra Díaz levantó la voz de los que no
tenemos voz. Esto lo hizo anoche en el programa La Hojilla que
transmite VTV. Afortunadamente VTV no la censuró como sí lo hizo con el
Comandante guerrillero y Constituyente Julio Escalona durante su discurso en la ANC. Qué pena.
María Alejandra denunció
anoche que dentro de nuestras filas hay sus Yeltsin y sus Gorvachov como arroz
pica’o, y que están jugando para sus grupos de interés. Comparte de esta
manera, claro está, la tesis de que estos personajes de la antigua URSS fueron
infiltrados por el enemigo para demoler la revolución por dentro. Y considerando
esta posibilidad, nos hace un llamado para que no tengamos miedo e
indentifiquemos a los infiltrados. Porque si los identificamos, los podemos
neutralizar.
Acto seguido, María
Alejandra apunta y dispara su dardo. Esto dijo:
“O sea, cuando una gente
te habla de burguesía revolucionaria, ¿de qué te está hablando? Vamos a empezar
por ahí, pues. O sea, cuando una gente dirige el crédito público y privado para
beneficiar a los grandes y no a los pequeños, ¿de qué estamos hablando?”.
Si no me equivoco, quién
defiende la tesis de construir una burguesía revolucionaria es el actual
Ministro para la Agricultura Productiva y Tierras Wilmar Castro Soteldo. No sé
si María Alejandra se refiere a él. Tampoco puedo asegurar que Castro Soteldo
sea un infiltrado. Pero lo que sí puedo asegurar es que el soldado Wilmar está
favoreciendo, consciente o inconscientemente, los intereses del enemigo
histórico de la clase trabajadora.
Además, María Alejandra
Díaz mostró su preocupación por la inconsistencia entre el discurso y lo que se
hace. Porque ella considera que eso desorienta a la gente, le creas
disonancia, y despolitizas a la masa. Y convencida de que tenemos que volver a
Chávez, hace esta reflexión:
“Si algo tuvo Chávez, fue
que avanzó en su plan contrahegemónico, con un pueblo, con un sentido
libertario, acompañándolo. Ese es el sentimiento que nosotros tenemos que
recuperar. Si no, ¿cómo vamos a avanzar nosotros en medio de esta guerra si
tenemos una tropa desmoralizada, si tenemos una tropa con hambre, si tenemos
una tropa que no está conciente, cuál pelea vamos a dar, con quién?”.
Estoy de acuerdo camarada,
tenemos que volver a Chávez. No hay otra. Chávez era respetado por nuestros
enemigos. “Chávez es un político que dice lo que hace y hace lo que dice”,
decían con preocupación sus enemigos. Y con razón, porque sabían que su
conducta correspondía con su discurso. Y eso representaba un peligro para
ellos. Un peligro porque moralizaba a la clase trabajadora, al pueblo en
general, para contraatacar al enemigo. Chávez no mentía, tenía credibilidad.
Con solo mencionar a la burguesía en sus discursos, el pueblo lo aclamaba con
sus consignas y los puños levantados. Eran tiempos heroicos.
Camarada María Alejandra
Díaz, aún hay personas en nuestras filas que piensan que al Presidente lo están
engañando, o que no está consciente de la política económica que lleva a cabo
su equipo de trabajo más cercano. Pero en lo particular, no creo que esté
engañado. El presidente en más de una ocasión le ha dado un espaldarazo en
público a su equipo económico. Incluso, recientemente ha defendido de manera
vehemente las decisiones que se están tomando en materia agrícola.
El 9 de noviembre, reunido
con su equipo económico en el Palacio de Miraflores, Nicolás nos despejó la duda
a quienes hacemos críticas a las políticas agrícolas. Resulta que el Presidente
sí está en conocimiento de todo lo que decide el Ministro Wilmar Castro
Soteldo, y le dio un efusivo y amistoso espaldarazo frente a las cámaras como
para que viéramos que Castro Soteldo no está solo en su proyecto. Esto nos
aclaró:
“Si le lanzan piedras
compañero Wilmar Castro Soteldo es porque avanzamos, (…) nuestro objetivo es
seguir avanzando en la Venezuela productiva. Hacer las alianzas que
tengamos que hacer con el sector privado nacional e internacional (…) No coma
coba compadre (…) tiene todo mi apoyo (…) No le coma coba a nadie, siga
pa’lante. Los golpes que le lancen a usted que me los lancen a mi también,
porque yo soy responsable de todas las decisiones que se están tomando en el
campo agrícola, de todas (…) Y confío en la fuerza revolucionaria que en lo
espiritual tiene el comandante compañero Wilmar Castro Soteldo”.
Por supuesto que el
Presidente es el que tiene la mayor responsabilidad de todas las decisiones del
Ejecutivo. Pero la forma tan confiada y segura en que se dirigió al país para
defender la política agrícola del Ministro, es una señal muy poderosa que nos
puede llevar a la conclusión de que el proyecto de Castro Soteldo es el mismo
proyecto de Nicolás Maduro. De hecho, hasta ahora Nicolás no ha objetado la
propuesta de construir una burguesía revolucionaria desde el Estado. Saludos.
Publicado
en Aporrea.org el 19/12/18
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