El Cimarrón Guillermo Ribas puso a correr a terratenientes de Barlovento y los Valles del Tuy

Fernando Saldivia Najul
23 agosto 2010



Estatua del Cimarrón Guillermo Ribas
en la comunidad de El Mango de Ocoyta,
Barlovento, Estado Miranda.
Durante tres años, desde 1768 hasta 1771, 40 años antes del 19 de abril de 1810, el Negro Guillermo Ribas junto a sus compañeros y compañeras de lucha se rebelaron contra la esclavitud del régimen español en Venezuela, y fundaron el Cumbe de Ocoyta.

En Panaquire y los Valles del Tuy liberaban a los esclavizados, ocupaban las haciendas y destruían los cuerpos armados destacados en su persecución. Las tropas coloniales no tenían vida con Guillermo y su gente. Los hacendados se cagaban todo cada vez que sus esclavizados los amenazaban con Guillermo. El Cabo de Guerra de Panaquire era testigo de eso. Decía que ”los esclavos de las haciendas de aquellos valles vivían con tanta libertad que no eran osados los amos y mayordomos para castigarlos porque les decían que irían donde su Capitán Guillermo”[1] Es decir, los amenazaban con llamar al Capitán Guillermo, y se chorreaban. De hecho, el Negro Guillermo junto a sus compañeros de lucha los ponían a correr. Muchos de los hacendados huían hacia Caracas.

El espíritu libertario de los Negros los empujaba a liberarse de la crueldad por parte de los hacendados, y desarrollaron sus propias formas de lucha. La crueldad no tenía límites. Por ejemplo, en los ingenios de Curiepe se castigaba a los Negros esclavizados obligándolos a permanecer muchas horas de pie dentro de una estrecha cámara instalada al lado de las calderas. De esta forma los sometían a un proceso de debilitamiento por el calor excesivo. ¡Qué bolas! Hasta no hace mucho se podían ver esas cámaras de castigo. En la década de los 60, el historiador Miguel Acosta Saignes conoció personas en Curiepe que aseguraban haber visto ese recinto en edificaciones antes de que desaparecieran.[2]

El Negro Guillermo contaba con gran cantidad de gente armada y con el apoyo de los indios. Los mulatos, zambos y morenos libres también colaboraban. Por ejemplo, los mulatos libres que habitaban en las villas denunciaban los movimientos de los soldados y les prestaban ayuda material a los insurrectos.

Guillermo, junto a su lugarteniente Francisco Mina, Juana Francisca, María Valentina, Manucha Algarin, Marta Sojo, y muchos más, [3] lucharon con heroísmo por establecer un espacio libertario en las montañas de Ocoyta. Y así lo hicieron. Construyeron un cumbe en el monte, el Cumbe de Ocoyta, donde vivían libres en comunidad hombres, mujeres y niños que se escapaban del yugo de los terratenientes. Pero no todos eran esclavizados.

En el Cumbe de Ocoyta existía un activo centro de resistencia y ataque. Contaban con armas de fuego y pólvora. Guillermo se desplazaba desde Ocoyta hasta Chuspa y desde Ocumare hasta Barcelona para estrechar relaciones, practicar el comercio de cacao y planear los ataques a las haciendas y pueblos donde residían los amos o sus representantes.

El Capitán General de la Provincia de Venezuela, Francisco de Arce, consideraba que era indispensable un gran esfuerzo para liquidarlo. El 23 de noviembre de 1771 los hacendados de Panaquire, Caucagua, Taguaza, y Capaya, ofrecieron al Gobernador apoyo monetario para perseguir a Guillermo. Pero no fue necesario. Lamentablemente, ya el 10 de noviembre de 1771, habían asesinado a Guillermo. El soldado José Alejandro Medina, declaró que las tropas cercaron el cumbe. Guillermo salió de su vivienda con una tercerola, dando voces a sus compañeros y compañeras, diciéndoles: “muchachos, nos agarran”. Cogió un frasco de pólvora y con su tercerola y su sable, se salió fuera del rancho con los demás, armados unos, y otros sin armas. Pero las fuerzas coloniales eran superiores, y tiraron carga cerrada a los Negros, y resultó muerto el Negro Guillermo y su lugarteniente Francisco Mina.

La resistencia del Negro Guillermo y su gente, deja lecciones y es un elemento de inspiración para las luchas sociales en Venezuela, y la guerra del pueblo contra el imperialismo.

Gracias a la resistencia de los Negros, de los Indios, y la forma de rebeldía de los Pardos, se acumuló experiencia de lucha durante el periodo colonial, y fue posible contar con suficientes factores humanos necesarios para el triunfo de las fuerzas patriotas en la guerra de independencia.

La resistencia de los Negros ha sido y sigue siendo un ejemplo de lucha contra los invasores. La máxima expresión política de la lucha de los Negros esclavizados ocurrió con la toma del poder en Haití, después que los Negros haitianos le dieron una paliza al ejército de Napoleón.[4] Los echaron de las tierras que los haitianos y haitianas trabajaban con sus manos y se convirtieron en la primera república de Nuestra América.


Esquema del Cumbe de Ocoyta [3]

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[1] Las insurrecciones de los esclavos negros en la sociedad colonial, Federico Brito Figueroa. Editorial Cantaclaro, Caracas, 1961, p. 55; y Miguel Acosta Saignes, Vida de los esclavos negros en Venezuela. Hesperides Ediciones, Caracas, 1967, p. 288, ibídem, Ediciones Casa de Las Américas, República de Cuba, La Havana, 1978, p. 204.
[2] Miguel Acosta Saignes, p. 246.
[3] Ibídem, Ediciones Casa de Las Américas, República de Cuba, La Havana, 1978, p. 209
[4] Marines no saben la paliza que los haitianos le dieron al ejército de Napoleón,
http://www.aporrea.org/tiburon/a93775.html


Publicado en Aporrea.org el 23/08/10

http://www.aporrea.org/actualidad/a106597.html

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