Error Mario Silva, La Hojilla no se defiende sola

Fernando Saldivia Najul
27 mayo 2013
 

¿Qué vaina es esa de que los revolucionarios saben defenderse solos? Cada vez que leo un artículo de opinión en defensa de algún camarada que está siendo atacado por nuestros enemigos, el camarada que escribe aclara de antemano que fulano o mengano no necesita que lo defiendan porque él sabe defenderse solo. No me jodan.

¿No se supone que estamos en una guerra contra el imperialismo corporatocrático y contra el complejo militar industrial de occidente? ¿Podemos ganarles batallas si cada soldado revolucionario se defiende solo? Definitivamente no camaradas. La defensa, el ataque y el contraataque al enemigo se hacen con solidaridad, con espíritu de cuerpo. Y con todo y eso nos joden. La defensa nunca es suficiente. Cada día tenemos que defendernos más. Por creer que era suficiente la defensa que hacíamos al Comandante Chávez dejamos que lo asesinaran. Entonces, ¿Vamos a dejar que asesinen a La Hojilla?

No Mario. En tus últimas reflexiones en torno al bodrio de audio anunciado por el agente colonial Capriles Radonski y presentado por el traidor Ismael García, recordabas a un camarada que dijo que «La Hojilla se defiende sola», y esa expresión se te quedó grabada como un taladro marcando en tu cerebro.[1]

No Mario, La Hojilla no se defiende sola. Así como La Hojilla nos defiende a todos, todos tenemos que defender a La Hojilla. O todos defendemos a La Hojilla, o todos nos jodemos. ¿Cuántos infiltrados camisa roja o traidores en potencia no están esperando que La Hojilla pierda apoyo popular para poder sacarla del aire? Que jode. ¿O se nos olvida que un presidente de VTV pretendía ahora ser director de un canal burgués?

Unidad, unidad y más unidad. Tenemos que combatir nuestro individualismo burgués. Es cierto que el capitalismo nos formó para competir entre nosotros, para salir adelante solos, para destacarnos sobre los demás. Nos cayeron a mojones con el cuento del talento y con el cuento de los méritos. Y todavía hay quienes se lo creen. Pero hemos aprendido que el éxito personal no existe, que es un engaño. Hemos aprendido que el éxito es colectivo, «de cada quién según su capacidad». El éxito personal, la superación personal, y la defensa personal solo favorecen a nuestros enemigos burgueses y a la acumulación de capital. Por tanto, precisa ayudarnos entre todos y defendernos entre todos, de lo contrario, perderemos la guerra y nos extinguiremos como especie. Así de sencillo.

El bodrio que te montaron no es contra ti Mario, es contra toda la clase trabajadora del mundo. De paso, el malinche Andrés Velásquez pretendía que esa mierda se discutiera en la Asamblea Nacional. Que bolas. Menos mal que el diputado Andrés Eloy Méndez le salió al paso al fascismo y los calló con firmeza y determinación: «ese bodrio no entra aquí». Más nada.


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[1] http://www.aporrea.org/actualidad/a166413.html

Publicado en Aporrea.org el 11/05/13
http://www.aporrea.org/actualidad/a166762.html

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Globovisión y Cecodap hacen un llamado a los padres para evitar la violencia psicológica contra sus hijos

Fernando Saldivia Najul
11 mayo 2013


Ayer viernes el programa Soluciones que conduce Shirley Varnagy por Globovisión trató el tema “Cómo educar a nuestros hijos”. Sinceramente nunca me pasó por la mente que un canal terrorista se atreviera a enseñar a las madres cómo educar a sus hijos. Pero lo hace. Por las mañanas, cuando hay madres que se quedan en casa realizando las tareas del hogar, Globovisión trata de lavar su imagen con programas “light”, supuestamente neutros, sin ideología, es decir, sin ideas, y políticamente imparciales.

Para este propósito Globovisión acostumbra a invitar a sus amigos de las ONG’s que se muestran también imparciales. Ayer invitaron a Fernando Pereira de Cecodap, una organización que trabaja en la promoción y defensa de los derechos humanos de las niñas, niños y adolescente, y en particular, en prevenir la violencia en los medios de comunicación.

Para mi sorpresa e indignación, el invitado se pronunció sobre la violencia psicológica que ejercen los padres contra sus hijos, pero no tocó el tema de la violencia psicológica a la que nos somete la clase dominante desde hace más de 12 años a través de los medios de comunicación como Globovisión.

No tocar el tema da a entender que los padres son los responsables de que sus hijos vean Globovisión en horario todo usuario. Y si no lo pueden evitar, y los niños llegan a ver Globovisión, entonces los padres deben enseñar a sus hijos la realidad en la que vivimos para que no se vean afectados por las balas que les dispara Globovisión a sus padres y a ellos, y además de esto, los padres también son los responsables de enseñar a sus hijos a evadir el lenguaje de odio que escuchan de sus padres. Insólito.

Ya antes de las elecciones del 7 de octubre, el 27 de septiembre de 2012 Román Lozinski de Globovisión invitó a su programa de Unión Radio a Oscar Misle, también de Cecodap, para tratar el tema electoral. Pero este miembro de Cecodap tampoco tocó el tema de la violencia psicológica de Globovisión y Unión Radio contra los niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, dijo que se sorprende cuando ha escuchado a niños que cuando se refieren a uno de los candidatos los términos que utilizan son: ¡Ojalá se muera!, ¡Ojalá lo maten!

Globovisión y Unión Radio siguen cosechando sus frutos. Sin ir muy lejos, el miércoles pasado, jóvenes y no tan jóvenes afectados por el terrorismo psicológico de los medios de comunicación secuestraron por más de cuatro horas a Winston Vallenilla y a Roque Valero en un restaurante del Centro Comercial Plaza Mayor en Puerto la Cruz. Afortunadamente alcanzaron a sacar a sus hijos del restaurante para evitar ser agredidos por la turba enardecida. Qué bolas.

Pero sigamos viendo Soluciones. En el programa de ayer Shirley Varnagy sin querer también se sumó a la campaña contra el Comandante Obrero Nicolás Maduro. No podía despedir a Fernando Pereira sin antes preguntarle algo más o menos como esto: ¿Cómo educar para la meritocracia tomando en cuenta que hay personas que están en cargos y que no han estudiado?

No recuerdo la respuesta que dio Pereira, pero esta pregunta inmediatamente me trajo a la memoria cuando los meritócratas de la antigua Pdvsa destruyeron la industria entre 2002 y 2003 con el objetivo de quitarles el gas a los pobres para que no pudieran prepararles el alimento a sus hijos, como parte de un plan terrorista para derrocar al gobierno de la inclusión. Sin embargo, la conductora del programa insiste en ayudarnos a educar a nuestros hijos, inculcando valores, respeto a la diversidad, a través de su programa Soluciones que trasmite Globovisión, cómplice del terrorismo petrolero.

Coño, Vladimir Villegas, en qué peo te metiste. Ahora eres director de ese cañón que ha convertido a tantos niños, niñas y adolescentes en personas agresivas, los cuáles muchos de ellos son y serán captados como instrumentos para los planes fascistas del imperialismo y la burguesía en el exterminio del adversario político.

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Publicado en Aporrea.org el 11/05/13
http://www.aporrea.org/medios/a165718.html

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Pobre clase media antes de Chávez

Fernando Saldivia Najul
09 mayo 2013


Ayer me puse a revisar los periódicos de los últimos años de la IV República con el propósito de refrescar un poco la memoria sobre cómo vivía la clase media antes de que llegara el Comandante y mandara a parar la extinción de esta especie producto de las políticas neoliberales impuestas por Washington. Políticas económicas que empobrecieron a la clase media, pero que sin embargo estas capas medias estarían dispuestas a volver a sufrir siempre y cuando la MUD, si algún día llega al poder, desaparezca de su vista a los descendientes de esclavos que con Chávez bajaron de los cerros y ocuparon los espacios públicos.

El 9 de octubre de 1998 Ramón Guillermo Aveledo escribió un artículo en El Universal titulado ¿Te acuerdas de la clase media?. Manifiesta Aveledo en este artículo que el empobrecimiento de la sociedad venezolana es consecuencia “del fuego cruzado de la indiferencia del sifrinismo tecnocrático neoliberal y de la incompetencia populista”. Sobre la clase media nos dice: “la clase media baja por el tobogán del empobrecimiento. (…) Los intereses son altos (…), la casa se aleja, el carro hay que olvidarlo y se hacen asfixiantes los giros de la nevera, la lavadora o la cocina”.

El 8 de noviembre de 1997 Eduardo Fernández escribió un artículo en El Universal titulado “Vamos a hacer la revolución”. Aquí Fernández hace un llamado a todos los venezolanos: “Tenemos que hacer la revolución en Venezuela. (…) el sueño de una sociedad sin clases. Una Venezuela donde todos seamos ciudadanos de primera. (…) La clase media ha sufrido una patética degradación, lo que ha causado desencanto y un comportamiento político errático que tenemos que combatir. (…) los viajes de placer ya no llegan sino hasta Naiguatá, porque ni a Margarita se puede ir”.

El 15 de diciembre de 1996 Giuliana Chiappe escribió un reportaje en El Universal titulado “La clase media dejó de viajar como antes”. En este reportaje entrevista a gerentes de Agencias de Viajes ubicadas en Caracas. Osvalda Tini Ivkovic, directora gerente de la agencia de viajes Transmazónica, ubicada en Las Mercedes, dice: “Los viajes al Caribe casi se acabaron. Sólo van los de clase alta que juegan en los casinos los fines de semana. A nivel nacional bajó todo. Sólo continúan solicitando esos destinos quienes requieren ir por negocios o porque tienen casa en alguna ciudad del interior”.

El 11 de enero de 1997 Luis Enrique Oberto G. escribió un artículo en El Universal titulado “El reclamo de los médicos y de la clase media”. Dice Oberto: “la clase media venezolana (…) ha disminuido la cantidad de alimentos que consume; ha reducido sus compras de ropa, calzado y enseres del hogar más allá de lo indispensable; y, vista la imposibilidad de asumir los costos de intervenciones quirúrgicas u otros tratamientos, ha dejado de ir al médico (…)”.

El 27 de julio de 1998 Yamileth García Sosa entrevista para El Universal a Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis. Ella le pregunta que dónde se observa más el deterioro del nivel adquisitivo de la clase media, y este le reponde: “Por un lado en la calidad de su vivienda, que ahora está deteriorada; el acceso a renovar o adquirir una nueva vivienda, la potencialidad para mantener a sus hijos con el mismo estatus y en el tema alimentario, donde han tenido que modificar su dieta en base al nuevo presupuesto total familiar”.

El 27 Febrero 1997 Roberto Briceño León escribió un artículo en El Nacional titulado “Realidades y nostalgias de la clase media en descenso”. Nos cuenta Briceño que “la clase media venezolana ha podido tener buenos y varios carros, pero ahora no puede actualizarlos y algunas veces ni repararlos. Ya no puede darle el carro viejo a los hijos y se aferra a un bien importante”.

Ante semejante drama que vivía la clase media antes de Chávez, en enero de 1997 Luis Herrera Campíns advirtió al gobierno de Rafael Caldera y Teodoro Petkoff que estábamos ante el comienzo de una rebelión de la clase media.

Semanas más tarde, en la Editorial de El Nacional del 28 Febrero 1997, Carmen Ramia recoje diversas opiniones sobre la crisis nacional y escribe: “Dicen algunos que estamos a las puertas de la segunda gran rebelión nacional. La primera habría sido la de los pobres, que estalló el 27 de febrero de 1989. La segunda sería la que está comenzando a protagonizar la clase media con sus demandas salariales y de mejoras de condiciones de trabajo, impulsada por igual por médicos, profesores y universitarios, bioanalistas o ingenieros. Para otros no puede ocurrir nada semejante porque, a su entender, la clase media es una clase egoísta y consumista, deformada por los largos años de facilismo y riqueza petrolera, acostumbrada a las seguridades económicas que ofrecía el Estado y por eso, sostienen quienes defienden esta tesis, la rebelión terminará con la aprobación de algunas peticiones económicas”.

¡Prohibido olvidar!



Publicado en Aporrea.org el 09/05/13
http://www.aporrea.org/ideologia/a165534.html

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El orgullo de ser clase media blanca

Fernando Saldivia Najul
01 mayo 2013


Tengo una mala suerte de tropezarme con personas que se sienten orgullosas de ser de la clase media, y por lo general son personas de piel blanca identificadas con Miami. Ayer me encontré con una de estas, algo así como un encuentro del tercer tipo. Se trata de una mujer blanca, de mediana edad, con el cabello pintado de amarillo y con lentes de sol. La mujer se notaba un poco incómoda discutiendo de política en la cola de la caja del Abasto Bicentenario. De pronto se voltea y nos aclara a todos los que estábamos en la cola su malestar con la Revolución y nos dice muy convencida y orgullosa: “Porque yo soy clase media, y todo lo que tengo me lo gané con mi propio esfuerzo, y no tengo por qué mantener a una cuerda de vagos que se la pasan bebiendo aguardiente en los cerros”.

Confieso que no le respondí nada porque en la cola se encontraban unas camaradas que defendían la Revolución mejor que yo. Al final, la mujer tuvo que aguantar la pela. Afortunadamente y para su sorpresa en la cola éramos mayoría chavista.

Esta persona, por supuesto, desconoce que gracias a la política alimentaria de la Revolución a ella le rinde más sus ingresos cuando compra en el Abasto Bicentenario o PDVAL que cuando compra en el Excelsior Gama. Desconoce que no basta esforzarse, porque su calidad de vida depende principalmente de decisiones políticas, y de un proyecto político.

El cuentico de muchos escuálidos y abstencionistas que se la pasan repitiendo como loritos que “si no trabajo no como”, se cae solito. De hecho, en el capitalismo los que menos trabajan son los burgueses y de manera obscena son los que más tienen. En cambio, los campesinos, que son unos de lo que más se joden trabajando, muchas veces no les alcanza el salario para que su familia coma tres veces al día, y mucho menos para pagar una consulta al odontólogo. Pero esto no lo entienden ellos, o se hacen los güevones, y sostienen su discursito en cualquier espacio. Cuando uno navega en la batalla mediática a través de twitter, encuentra mensajitos de esta clase media blanca llamando monos, tierrúos y desdentados a los pobres, que en su mayoría son de piel oscura.

Esta llamada clase media tiene creencias que se contradicen. Por ejemplo, cuando la burguesía super-explotadora, especuladora y estafadora la arruina, le echa la culpa al gobierno, pero cuando el gobierno mete en cintura a la burguesía para que aumente los salarios y ajuste los precios con el propósito de que las personas puedan aumentar su calidad de vida, entonces sí pregonan orgullosas que todo lo que tienen es por su propio esfuerzo.

Este falso orgullo de una selecta clase media racista, fue alimentado por la burguesía para dividirnos. Ahora repudian que personas de los sectores populares, en su mayoría de piel oscura, compartan sus espacios públicos, su ropa de marca, sus vehículos, sus restaurantes, sus centros comerciales, sus parques, sus urbanizaciones, sus playas, y hasta se tropiezan con algunos en Miami. Se trata de una nueva clase media popular que pone en riesgo la identidad de la clase media blanca. Su orgullo está herido porque ya no se diferencian mucho de las personas que ellos consideran o consideraban inferiores. Esto es una verdadera pesadilla.

La burguesía tiene muchas formas de dividir vertical o transversalmente a la clase trabajadora para ocultar la lucha de clases y vencernos. Por ejemplo, nos dividen con la escala de sueldos y salarios, nos dividen con el trabajo manual e intelectual, nos dividen con la especialización de los conocimientos, nos dividen en los espacios urbanos, unos en barrios y otros en urbanizaciones, etc. Pero una de las más efectivas estrategias de división es alimentar el racismo, que a su vez genera endorracismo. Recientemente durante las elecciones del 14A, el camarada Jorge Rodríguez denunció “que en el Liceo Aplicación del municipio Libertador varios opositores pretendieron impedir la entrada a un grupo de personas con discapacidad que se dirigió en autobús para emitir su voto, porque se veían demasiado negros, según ellos”. [1] Esto es el colmo. No es de extrañarse que esta miseria humana pueda hacer caer la V República.

También nos dividen cuando la burguesía pregona valores bíblicos de sumisión que casualmente benefician a los propietarios. Alimentan en el excluido y en el trabajador o trabajadora super-explotada el orgullo de ser “pobre pero honrado”. Es decir, no se rebelen, respeten la propiedad privada de los medios de producción con honradez, con las leyes que escribimos los burgueses, y si es posible, denuncien a los rebeldes que pretendan rescatar sus tierras y medios de producción.

Entonces, mientras la burguesía fomenta en la clase trabajadora el “orgullo de clase media” y el “orgullo de pobre pero honrado”, ellos se enorgullecen de ser los amos del valle. Se jactan de explotar, super-explotar, especular y estafar a los pobres y a la clase media. Así lo piensa y siente Guillermo Zuloaga, uno de los propietarios de Globovisión, que en público se confesó especulador, y dijo sentirse orgulloso de ser heredero de la nefasta Compañía Guipuzcoana del siglo XVIII.

Esta clase media orgullosa de su condición, orgullosa de poder consumir más que los marginados, orgullosa de defender a la burguesía neoliberal, debe recordar que en el 2002 en Argentina, y ahora en Europa, el neoliberalismo los dejó sin empleos y a la clase media la obligaron a descender al estrato de pobres pero honrados, pero eso sí, con su propio esfuerzo.


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Publicado en Aporrea.org el 01/05/13

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