Gente que come Perrarina



En diciembre de 1990 la revista Producto publicó un reportaje titulado “Gente que come Perrarina", y subtitulado "El alimento para perros sube sus ventas en el cerro”. Aquí se entrevista al dueño de un abasto en el barrio Los Erasos, ubicado en Caracas. El entrevistado afirma que las ventas de Perrarina han subido 50 por ciento. Luego se le pregunta de manera directa ante el mostrador: 
    — Los clientes le están comprando más Perrarina, ¿le constan que se la comen? 
Y responde: 
    — Lo que sé es que no tienen perros.



"Gente que come Perrarina", Revista Producto,
Caracas, diciembre 1990, Año 8, Nº 87, pág. 110.

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Ver también el artículo "Mata el hambre con comida de perros" en:
http://fernandosaldivia.blogspot.com/2011/12/mata-el-hambre-con-comida-de-perros.html 

¡Mata el hambre con comida de perros!

Fernando Saldivia Najul
22 diciembre 2011



En el año 1976, durante el primer mandato de Carlos Andrés Pérez, más del 70 por ciento de la población estaba subalimentada y el 55 por ciento de los niños venezolanos sufrían desnutrición. [1] Una década más tarde el racismo y la pobreza planificada continuaba siendo la política de los gobiernos de derecha. El hambre campeaba. En julio de 1988 el diario El Mundo publicó un artículo de Alicia Larralde titulado “¡Mata el hambre con comida de perros!”. [2] Para aquella época recuerdo que se hablaba de una pobreza que llegó a tal extremo que a las madres no les alcanzaba el dinero para comprar suficientes nutrientes, y desesperadas se vieron obligadas a darle a sus hijos comida preparada con perrarina. Para entonces Alicia Larralde no pudo ocultar lo que sabía:

«El lector se extrañará con este título pero es cierto que nuestro pueblo que se encuentra hambriento se alimenta en los barrios con “Perrarina” donde no hay nada que comer por la carestía de todos los artículos de primera necesidad. Allí solo existe hambre, dolor y abandono. En días pasados una mujer que trabaja por días en las casas vino a pedirme una ayuda para una vecina madre de 7 hijos y que el hombre la había abandonado. La madre desesperada de los niños recorrió muchos lugares pidiendo limosnas y fue muy poco lo que consiguió, en una arepera cerca de Petare le regalaron los sobrados del día anterior, y en una bodega le dieron un poco de pasta picada y una bolsa con “Perrarina”. La mujer montó una lata con todos estos desperdicios en su rancho donde los niños temblaban y lloraban de hambre y les hizo una sopa para que pudieran comer y dormir tranquilos envueltos en sus miserables harapos». [2]

En diciembre de 1990 la revista Producto publicó un reportaje titulado “Gente que come Perrarina”, y subtitulado “El alimento para perros sube sus ventas en el cerro”. [3] Aquí se entrevista al dueño de un abasto en el barrio Los Erasos, ubicado en Caracas. El entrevistado afirma que las ventas de Perrarina han subido 50 por ciento. Luego se le pregunta de manera directa ante el mostrador: 
    — Los clientes le están comprando más Perrarina, ¿le constan que se la comen? 
Y responde: 
    — Lo que sé es que no tienen perros. [3]

Más tarde, también en tiempos de la IV República, Earle Herrera en su libro “Caracas 9 mm: Valle de Balas” [4], después de citar el artículo de Alicia Larralde, también contó lo que sabía:

«Hay un hecho que nadie ha querido enfrentar. Decirlo duele y avergüenza. ¡Cállate, por favor, no lo digas!, es la expresión que nos ataja. Pero está allí, como un mordisco: en muchos hogares de nuestro país el sustento básico consiste en alimentos para animales, principalmente perrarina. Es la única forma de que todos los niños coman y la familia pueda sostenerse. El bodeguero la vende y no pregunta; él bien sabe que los perros del barrio, los que cantan su lóbrega canción en la honda tristeza de las noches, no comen perrarina. Pero no pregunta. Vende y cobra en silencio. Y la familia come en silencio. En un silencio que desde aquí abajo se siente y que, de vez en cuando, estalla en las páginas rojas de la prensa. Por ahora estalla así».

Y agrega:

«Me dijeron “no lo digas, no lo escribas”. Me señalaron dos cosas: le impedirán a los pobres comprar este alimento concentrado y es lo único que pueden comprar; no te lo agradecerán. Otra, los comerciantes, ante la demanda, le aumentarán los precios. La primera me hizo vacilar. La segunda no porque los comerciantes saben muy bien negociar con la miseria y no desconocen el destino de sus productos: es su negocio. Y, por lo demás, no escogí el periodismo para ocultar el envilecimiento humano». [4]

Puro racismo y exclusión planificada y ejecutada. Hasta que llegó el Comandante y mandó a parar. El mes pasado, Vanessa Davies entrevistó al presidente del Instituto Nacional de Estadísticas, Elías Eljuri, con relación a la reducción de la pobreza:

V.D.: El Presidente [Chávez] habla de la época en la que niñas y niños tenían que comer perrarina. ¿Ha sido superada?

E.E.: Claro que sí. Ha mejorado la alimentación de los venezolanos. Ha aumentado la ingestión de proteínas. Se incrementó la disponibilidad calórica. Ya no hay familias comiendo perrarina. [5]

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[1] “La pobreza en un país que vive como rico”, Fernando Saldivia Najul. Aporrea.org
http://www.aporrea.org/actualidad/a135266.html
http://fernandosaldivia.blogspot.com/2011/12/la-pobreza-en-un-pais-que-vive-como.html
[2] “¡Mata el hambre con comida de perros!”, Alicia Larralde. El Mundo, 23 de julio de 1988, pág. 4.
[3] "Gente que come Perrarina", revista Producto. Caracas, diciembre 1990, Año 8, Nº 87, pág. 110.

http://fernandosaldivia.blogspot.com/2011/12/gente-que-come-perrarina.html
[4] Caracas 9 mm: Valle de Balas, Earle Herrera. Alfadil Ediciones, 1993, Caracas, págs. 114 y 115.
[5] “Elías Eljuri: La Cepal avala cifras de reducción de pobreza en Venezuela”, Correo del Orinoco, 21 de noviembre de 2011. 

http://www.correodelorinoco.gob.ve/tema-dia/elias-eljuri-cepal-avala-cifras-reduccion-pobreza-venezuela/

Versión reducida de este artículo fue publicada en Aporrea.org el 22/12/11
http://www.aporrea.org/actualidad/a135763.html

Versión completa publicada en Aporrea.org el 29/08/14
http://www.aporrea.org/actualidad/a194066.html

Más artículos del autor en:

La pobreza en un país que vive como rico

Fernando Saldivia Najul
13 diciembre 2011



En agosto de 1976 cuando la clase media alienada se la pasaba viajando para Miami para hacer sus compras innecesarias, como lo hace ahora, el diario El Nacional publicó un resumen del estudio “Pobreza y marginalidad en Venezuela”, llevado a cabo bajo la Oficina Central de Coordinación y Planificación, (CORDIPLAN), y elaborado por un equipo de investigadores nacionales y extranjeros. [1]

El periodista de El Nacional tituló la nota así: “La pobreza en un país que vive como rico: más del 70 por ciento de los venezolanos vive en condiciones de subalimentación, revela un estudio preparado para Cordiplan. Casi una cuarta parte de los venezolanos son analfabetos.”

Los pocos mayameros que por casualidad alcanzaron a leer esto se hicieron la vista gorda: “si lo leí no me acuerdo”, y continuaron consumiendo sin remordimiento alguno. Por su lado, la burguesía parásita y especuladora se la pasaba comprando avionetas y yates, como lo hace ahora. Poco a poco fueron convirtiendo sus privilegios en derechos, que aún defienden con odio por Globovisión. Eran tiempos de la “Venezuela Saudita” durante el primer mandato de Carlos Andrés Pérez.

Hasta que se descubrió la gran mentira de la Venezuela Saudita. Dicho estudio permitió levantar un “Mapa de la pobreza” que lógicamente fue engavetado por el Consejo de Ministros, y que dio origen al libro La Miseria en Venezuela, de Michel Chossudovsky, editado en 1977. [2]

En aquella época, Michel Chossudovsky le pidió a Hector Silva Michelena que escribiera una pequeña presentación del libro, y así lo hizo. Al final de la presentación se puede leer:

“…este Informe no puede ver la luz pública, porque es como mostrar las propias lacras al desnudo, y porque es una molesta cuña en el mecanismo de creación y reproducción de falsa conciencia en nuestro pueblo.” [3]

Venezuela jamás había disfrutado de tanta abundancia de recursos líquidos como lo hizo en 1975. Venezuela era el país más rico de América Latina, con el más alto ingreso per cápita. Sin embargo, las conclusiones sobre nutrición demostraron que más del 70 por ciento de la población estaba subalimentada y el 55 por ciento de los niños venezolanos sufrían desnutrición, aún cuando la disponibilidad promedio de nutrientes en Venezuela era suficiente como para alimentar adecuadamente a la población. Es decir, mientras el 70 por ciento de los venezolanos estaba subalimentado, un grupo minoritario estaba sobrealimentado. Y con relación a la pobreza educacional se observó que el 23 por ciento y el 42 por ciento de la población eran, respectivamente, analfabetos y analfabetos funcionales.

Esta verdad era considerada por la burguesía y la clase política de entonces, como subversiva, y debía evitarse su amplia difusión, puesto que no tenían intenciones de cambiar la estrategia política del gobierno. Estrategia que consistía en asignar recursos financieros de acuerdo con las preferencias e intereses de las distintas facciones de la clase dominante. De hecho, varios ministros claves del gabinete económico eran representantes de grupos industriales y financieros.

Finalmente el Consejo de Ministros, como ya dijimos, acordó engavetar el proyecto. No quedaba otra.

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[1] “La pobreza en un país que vive como rico”, El Nacional, 7 de agosto de 1976, pág. D/5, y 8 de agosto de 1976, pág. D/4.
[2] “Michel Chossudovsky: EEUU atacará finanzas de Venezuela", Diario Últimas Noticias, 7 agosto 2007
http://www.aporrea.org/actualidad/n99162.html
[3] La miseria en Venezuela: Mapa de la pobreza en Venezuela, Michel Chossudovsky. Editado por Vadell Hermanos Editores. Valencia, 1977.


Publicado en Aporrea.org el 13/12/11

 http://www.aporrea.org/actualidad/a135266.html

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